El programa del mercado Navideño de St. Wendel era como un cuento de invierno. Era inconfundible, bonito y rico en vivencias. Se dice que es una vivencia para todos los sentidos.
St. Wendel es una pequeña ciudad romántica. Apartado de estrés y ajetreo de Adviento hay un mercado con artesanía y golosinas regionales. Hay más que 140 casitas de madera con decoración navideña.
La ciudad es muy romántica con su cathedral y su adoquinado. Las casitas a lo largo de la cathedral están iluminadas. En las casitas se puede comprar artesanía, trabajo de orfebrería y de vidriero, que vende tesoros del vidrio soplado. Para los golosos hay puestos con galletas, pastel y vino caliente aromatizado con especias. Si hace frio invernal el mercado será un lugar del pasado. Normalmente hay también cuentos y atracciones para los niños.
Mucha gente visita el mercado de St. Wendel. A los visitantes les gusta el mercado y vuelven el próximo año. Les sienta bien y disfrutan el ambiente. Se encuentran con amigos y se alegran que tengan un bien día. Beben un vino caliente y comen castañas. La gente se alegra que venga el niño Jesús.
S. N.